lunes, 29 de septiembre de 2008

6. El libro de la transparencia


En mi vida no había montado ni tan siquiera un caballo, montar a lomos de un dragón era algo que nunca me había pasado por la cabeza.
Desde el cielo Giffith se veía tan hermoso como diminuto. Las casitas dibujaban una pequeña mancha en el paisaje.
- ¿Ves ese río de ahí? Es la frontera entre Ryuuuga y Giffith…
- Anda… Por cierto, ¿quién reina aquí y quién en Ryuuuga?
- Pues verás…
Annia guardó unos momentos de silencio buscando una respuesta que darme.
- Creo que el rey de Ryuuuga se llama Azhortt Nied.
- Vaya nombres más raros tenéis por aquí…
- …
- Lo siento, hehe.
- Bueno, ¿A dónde quieres que te lleve?
- Euh… ¿No podemos sobrevolar el reino de Ryuuuga?
- No… Potui y Ater están en un conflicto muy gordo, por lo tanto estamos ambos a la defensiva, a alerta de cualquier posible ataque. Podrían malentenderlo…
- Euhm… Está bien.
- ¿Vives en el centro de acogida?
- Sipi.
- Allá vamos pues.
Volamos a unos pocos metros de las chimeneas de todas las pequeñas casitas y nuestra sombra lamía el pueblo entero a nuestro paso. Pronto estábamos en el centro de acogida, pues el pueblo no era muy grande.
- Bueno, fin del viaje.
- …
- Me gustaría volver a verte. ¿Dónde te podré encontrar?
- Umm… En el colegio… O aquí.
- ¿Y un lugar un poco más solitario?
- ¿Solitario...?
- Sí, bueno… Err…
- El lago.
- Vale, ¡hasta pronto!
Se fue sin decir una sola palabra más. Me pareció un poco extraña pero era muy simpática.

- Buenos días.
En el hall me topé con Lorine leyendo un libro.
- Hola, Lorine.
- ¿Qué tal con Elías?
- Bien… Espero aprobar con su ayuda.
- Yo también, te deseo mucha suerte.
Lorine sonrió y volvió a su lectura.
- Llegué a mi cuarto y me tiré en la cama a pensar. Pasados a penas cinco minutos entró por la puerta Rachel.
- ¡Muy buenas, Lenna!
Rachel era morenita y tenía el pelo corto y rubio; casi siempre lo llevaba recogido por dos trenzas.
- Hola, Ray.
- ¿Qué, tal con Elíías, eeh?
- No pongas esa cara, sabes que no ha pasado nada… solo somos amigos.
- Ya claro.
- ¡Rayy! A mí no me gusta Elías.
- Ah, cierto, era Satoshi, ¿no?
- Aaahh, ¡cállate!
Inevitablemente me puse roja como un pimiento.
- Lenna… Te he comprado una cosa.
- ¿Cómo? ¿A mí...?
- Sí, a ti, hehe.
Rachel rebuscó en su talega y sacó un libro.
- ¿Un libro? ¿De qué?
- No es un libro cualquiera, es un objeto mágico; es un libro de la transparencia. En él verás escritos los pensamientos de la gente que mantenga una relación de gran amistad, o algo más… Y de la gente que sienta algo especial por ti.
Me quedé totalmente helada. No sabía qué decir.
- ¿¡Enserio!? No sabía que existía algo así…
- Este tipo de objetos son muy escasos… Yo lo encontré en el bosque de Terokkar.
- Terokkar… Un momento, ¿ahí no está prohibido ir?
- Bueno, sí, haber… Prohibido no… Pero es que ese bosque es bastante peligroso. Está lleno de criaturas oscuras; treants, contempladores e incluso driders y arpías.
- ¿Y cómo es que te metiste ahí? Debes estar loca…
- Jajaja, qué va. Ya sabes que soy una fanática de los objetos mágicos; un día un amigo me prestó una capa de invisibilidad y decidí usarla para explorar el bosque de Terokkar.
- Igualmente, es peligroso, ¿no crees?
- Sí… Pero ya me conoces, hehe.
- Ains… En fin. Tú no tienes remedio.
- Hehehe, mira que eres desagradecida, ¿no te ha gustado mi regalo?
- ¿Qué? ¡Sí, claro que sí! Pero me da palo aceptarlo… ¿Seguro que quieres regalármelo?
- Por supuesto, no me interesa su poder.
- Está bien, lo acepto. ¡Muchas gracias!
- Espero que te ayude con ese tal Satoshi.
- …

sábado, 6 de septiembre de 2008

6. Una gran amistad.

Me peine el flequillo con la mano, me estiré la camiseta y llame a la puerta.
- ¿Quién?
- Euh… Helena.
- Ah, pasa.
Elías me abrió la puerta y me invitó a entrar. Su puerta era grande como para que yo pudiese entrar, pero en esa puerta había una más pequeña para el y su padre.
Su casa no tenía televisión ni luz. Nada que funcionase con corriente eléctrica, casi todos los objetos eran mágicos. En la mesa del salón había un frasco con unas gotas de un líquido que se movían de un lado a otro y cambiaban de color, era muy bonito. Los cuadros me perseguían con la mirada y en la cocina la fregona limpiaba por sí sola.
- ¿Te gusta?
- ¿Cómo?
- Mi casa, ¿te gusta?
- Ah, si… Es bastante… curiosa, hehe.
- Ven, entra.
Elías me abrió la puerta de su habitación; tuve que entrar agachada.
Estuvimos dando clases durante dos largas horas y la madre de Elías, que acababa de llegar, nos preparo unas galletas.
- Helena…
- ¿Sí?
- Oye… A ti… ¿A ti te gusta Satoshi?
Me puse coloradísima y bajé inmediatamente la mirada.
- ¿Satoshi? ¿A mí? ¡Qué va, que dices! ¿Cómo puedes pensar eso?
- Venga ya, Helena… Que no soy tonto.
- Que nooo…
- Veenga, ¡cuéntamelo!
Por más que insistió no le contesté. Ya no volvió a preguntar.
Desde aquel día yo iba cada tarde a su casa a dar clases y hablábamos de nuestras cosas, llegamos a hacernos grandes amigos.
Un día después de las clases, iba caminando hacia mi casa y choqué con alguien. Las dos nos caímos al suelo.
- ¡¡Perdón!!
- No, perdóname tú a mí.
- Lo siento de veras…
- No pasa nada. Oye, ¿quién eres tú? No me suenas del instituto…
- Euh… Yo… Me llamo Annia.
- Encantada, soy Helena.
Ambas distrajimos la mirada con los alrededores sin pronunciar una sola palabra hasta que la dulce voz de Annia rompió el silencio que nos envolvía.
- Humana, ¿eh?
- Si… No hará más de un año que vine a este mundo.
- ¿Y bien?
- ¿Euh?
- ¿Te ha gustado?
- Ah, si, si. La verdad, es maravilloso, aunque echo de menos a algunas personas… Ya me entiendes…
- Si…
- ¿Y tu qué, qué eres?
- Ah… Yo también soy humana.
- ¿Cómo? Entonces… ¿También vienes de mi mundo?
- Hahaha, no, que va, es que soy hechicera, una hechicera de la luz.
- ¡Hala! Nunca antes había conocido una.
- Es que los magos y las hechiceras somos muy escasos…
- Ha, entiendo… ¿Y haces magia?
- Hahaha, pues claro.
La mire con los ojos chispeantes juntando las manos en seña de súplica.
- Porfa…
- Hahaha, si, lo he entendido.
Annia me abrazó fuertemente y cerró los ojos.
- No te sueltes…
- Si.
- Ne mus cint vollat.
En pocos segundos nuestros pies se separaron del suelo y yo no pude evitar ponerme muy nerviosa y agitarme bruscamente.
Annia me cogió más fuerte e intentó calmarme.
- ¡¡No, Helena!! ¡Para!
- Ahh, lo siento, yo… Es tan raroo, ¡nos vamos a caer!
- No, tranquila, relájate.
- ¡Ahhh, no subas más!
Annia bajó inmediatamente y me dejó en el suelo.
- Hahahah, eres una miedica…
- Hehe… Lo siento, yo…
- Lo entiendo, en tu mundo no vuelas muy a menudo…
- No… Bueno, solo si voy en avión o algo parecido, hehe.
- ¿Avión? Creo que he oído algo sobre ellos…
- Es una máquina construida por el hombre para poder viajar por el aire.
- ¿Como un dragón mecánico?
- Mhhh, más o menos.
- ¿Alguna vez has montado en avión?
- …No.
- Ven… Iremos a un sitio más discreto.
Llegamos a lo más profundo del bosque y nos paramos, Annia me sonrió e inmediatamente sacó una varita de su bolsillo, la levantó sobre su cabeza y dibujó un círculo en el aire.
- ¡¡Luz!!
Tras pronunciar aquellas palabras un enorme rayo de luz apareció de la punta de su varita y se proyectó hacia arriba y en pocos segundos un viento huracanal nos sacudió bruscamente. Nosotras resistimos en el sitio.
En cuestión de segundos apareció un dragón batiendo sus grandes alas.

martes, 2 de septiembre de 2008

5 Clases particulares.


Final e inevitablemente llegó el día en el que me acostumbré a estar rodeada de criaturas extrañas. Aunque seguía pasándome algún recreo contemplando lo que me rodeaba completamente fascinada.
Fue en uno de esos recreos cuando me lo presentaron. Tenía el pelo blanco y liso, le llegaba hasta debajo de la espalda. Sus ojos eran verdes, era alto y fuerte y llevaba un conjunto de tonos azules y verdes de lo más bonito.
- Hola, me llamo Satoshi. Es un placer.
Satoshi se acerco y me dio dos besos en las mejillas; no pude evitar sonrojarme.
Entonces vi asomar tras él a otro personajillo más pequeño.
- Euh… ¿Hola?
- Umm… Esto… Hola. Yo soy Elías.
- Ah, encantada. Pues… Muy buenas a los dos, yo soy Helena.
Elías era más bajito que yo y tenía una gran mata de pelo rubio, largo hasta la mitad de la espalda, recogido por una trenza que solo dejaba suelto el su gracioso flequillo que se abría hacia los lados con una ralla en medio. Tenía los ojos dorados y grandotes. Llevaba una chaqueta larga de color marrón y una camiseta y pantalones negros.
- ¿Qué tipo de criaturas sois?
Satoshi se acercó con un gesto orgulloso.
- Yo soy un elemental del aire.
- Ahm, ¿y tú, Elías?
Elías se sonrojó y bajo la mirada mientras jugaba con las mangas de su chaqueta.
- Yo… Soy mitad elfo, mitad gnomo… Mi madre era una elfa y mi padre un gnomo…
- Ah, entiendo, ya decía yo que eras demasiado bajo para ser un elfo, pero tus orejas… Hehe.
Con el tiempo había conocido a mucha gente: Rine era humana como yo; Lorine era un tenshi (lo que nosotros llamamos angel); Megan, un elemental de fuego; Izumi una elfa; Aaylah una Driada; Delia, una esfinge; Norman, un enano; Satoshi, un elemental de aire y Elías… Elías una mezcla rara.
También he conocido y visto muchas otras criaturas; ninfas, hadas, elementales de tierra y agua, sirenas…
Se acercaban los exámenes finales y yo no me enteraba de nada. En aquel mundo había asignaturas de las que nunca había oído hablar y la historia y la biología abarcaban muchas mas cosas. Además apenas llevaba dos meses de colegio aquí.
- Puff, no sé que hacer… Estoy perdidísima.-
- Podrías asistir a unas clases particulares.- Me sugirió Rine.
- Pero no tengo dinero…
- Ah, no es problema, podrías pedírselo a Elías.
- ¿Qué? ¿Yo, clases particulares con un chico?
- Jajajaja, vamos mujer, que es Elías…
No pude evitar ponerme como un tomate.
Y así, al día siguiente fui a la clase de Elías a hablar con el. El aceptó amablemente, tal y como esperaba.

lunes, 1 de septiembre de 2008

4. El colegio Gifitth.

Donde mas aprendí sobre aquel extraño mundo fue en el instituto. Mi primer día allí fue bastante… Curioso.
- ¡Buenas, Helena!
- Ha, buenos días Rine… Que bien que te encuentre por aquí, estoy tan perdida…
- Hahahah, normal… Ven, te llevare a tu clase.
- ¿Cómo? ¿No vamos a la misma clase?
- No… Yo voy a un curso menos que tú, tengo 15 años.
- ¿¡Quééé!?
- Sí, ¿qué te pensabas?
- Pareces tener mi edad o más…
- Hehe, qué va…
- Pues vaya, pensé que iríamos juntas a clase…
- No te preocupes, te ha tocado en una clase bastante buena, conozco a algunas personas allí.
- ¿Sí? Si me los presentases…
- Claro, claro. Ahora te los presento, no te preocupes.
- Bien, entonces vamos.
Rine me llevo dos plantas arriba hasta una clase al fondo del pasillo.
- Primero de bachiller, B.
- Vaya… No hay mucha gente.
- Qué va, tampoco somos muchos habitantes en el reino, así que…
Entonces me hace un ademán para que la siga y se para ante un grupo de cuatro chicas bastante peculiares.
- ¡Hola chicas!
- Hombre, Rine…
- Buenas mujercilla.
Todas saludaron amablemente y me miraron confusas.
- Ah, ella es…
- Yo me llamo Helena. –Interrumpí.- Soy nueva por aquí y al parecer me ha tocado estudiar en esta clase… Encantada.
Les brindé mi mejor sonrisa y les di la mano.
- ¡Hola! Yo soy Megan.
Megan era muy morena y tenía la media melena y los ojos color rojo vivo. Vestía con una especie de armadura que le cubría el pecho y unos pantalones de maya, en los pies llevaba unas botas de acero. Toda su vestimenta se veía bastante machacada con manchas negras, como si la hubieran achicharrado.
- Encantada, soy Aaylah.
Esta se veía aun más negra que la anterior, pero lo más raro es que tenía el pelo verde y recogido con dos moños. Llevaba un vestido rojo de seda.
- ¡Izumi!
Izumi era una elfa y era guapísima. Su piel era tan pálida como la nieve y su pelo era negro y muy largo. Los ojos los tenía azules y llevaba puesto un conjunto corto de cuero y unos botines marrones.
- Y sólo quedo yo, me llamo Delia.
Delia era la más impresionante. Se veía a legua que era una esfinge. Tenía el cuerpo de cintura para abajo como el de un león y en la espalda dos hermosas alas como las de un angel. Su pelo y sus ojos eran color café.
- Encantada…
Megan me miro extrañada.
- Te veo algo nerviosa, ¿estás bien?
- ¿Eh? Sí, sí.
Delia me puso una mano en el hombro e intentó tranquilizarme.
- Se que ver tantas cosas extrañas juntas se te hace raro, hehe. Te acostumbrarás, tranquila.
Empezaron las clases y llego la profesora. Me presenté ante toda la clase y me asignaron un sitio.
Las clases las pasé distraída mirando a todos los que me rodeaban. Había algún ser humano, pero la mayoría de la clase estaba formada por seres extraordinarios.
- Tsss…
Me pareció oir un ruido pero seguí a mi bola.
- ¡Tsss!
- ¿Euh?
Miré a mi alrededor y no vi nada fuera de lo común.
- ¡Helena!- Susurró.
- ¿Ein? ¿Dónde..?
- Detrás tuya…
Me volví y vi a un gnomo con el pelo rubio y corto.
- Sí, soy yo.
- Ah, hola… ¿Qué pasa?
- Es que… - Se sonrojó y continuó mientras miraba al suelo.- No veo… Soy muy pequeñito y…
- Ah, jajaj, lo siento, ¿te cambio el sitio?
- Si, por favor… Luego, en el cambio de clase.
- Vale, no hay problema.
- Gracias.
A medida que pasaban las horas las clases se iban haciendo tan aburridas como en mi antiguo colegio. Sin embargo aquí se me hacía divertido ver a un hada, tan chiquitita, escribiendo en la pizarra con una tiza tan grande como ella o intentando captar la atención de la clase. Sí, nuestra profesora de lengua era un hada. Pero no como las hadas que había visto en las películas, ni mucho menos. La señorita Esqüer era regordeta y siempre iba con un traje de chaqueta y falda. Llevaba el pelo castaño recogido en un moño alto y tenia unas diminutas gafitas colgadas del cuello.
La escuela terminó a las dos y media y yo me fui a la salida a encontrarme con Rine junto con Megan, Izumi, Aaylah y Delia.

sábado, 30 de agosto de 2008

3. El clan Ater y la alianza Potui.

Mi primer día en ese extraño mundo fue absolutamente increíble.
Rine me enseñó los alrededores del centro y el colegio al que iba a asistir.
- Haber... Has de saber que en este mundo hay algunas personas que ven a los seres humanos como si fueran seres inferiores o raros... Hay mucha discriminación...
- Ha, entiendo... En mi mundo pasan cosas parecidas.
- Si, algo me han contado.
- Ha bueno, pero, ¿no has estado nunca? Eres humana...
- No, verás, es que mis padres son ambos humanos, pero yo nací en este mundo...
- Ah...
- Bueno, te contaré todo lo que necesites saber. En primer lugar; este mundo fue creado hace muchos años, en la edad media. Antes humanos y demás seres convivían juntos y había muchas diferencias, por eso Tasukekami creó este mundo.
-¿Tasukekami?
- Si... Un brujo muy poderoso... Es como nuestro Dios. Bueno, a lo que iba. Lo más importante... Has de saber que incluso aquí hay problemas de los gordos... Quiero decir; en nuestro mundo hay dos grandes grupos sociales... El clan Ater y la alianza Potui. Últimamente están habiendo varias disputas y yo, personalmente, veo la cosa muy negra...
- Ah... Vaya... y nosotras, ¿a que grupo se supone que pertenecemos?
- En teoría a la alianza pero puedes tener tus propios pensamientos y estar de parte de un bando o de otro...
- ¿En que se basa cada grupo?
- Verás... Cuando se creo este mundo no pudieron venir todos los habitantes de golpe; una parte se quedo en el mundo humano y unos años después encontraron la manera de venir.
Los que vinieron nuevos estaban mas avanzados tecnológicamente y además trajeron consigo drogas y algunas malas costumbres del mundo humano, entonces crearon el clan Ater y se separaron de nosotros creando dos reinos distintos; el reino de Ryuuga, que pertenece al clan Ater, y el nuestro, el reino de Gifitth.
La alianza Potui busca que ambos reinos se junten y no haya ningún tipo de frontera ni diferencias entre ambos grupos, pero el clan Ater quiere permanecer separado en dos reinos.
- Entiendo... Tiro más para el lado de la alianza, hehe...
- Bueno, sigamos con el paseo.
Rine me sonrió y me llevo por un camino hasta un pueblo. A medida que iba caminando por la calle no paraba de ver criaturas extrañas; elfos, enanos, esfinges, arpías...
- ¿Helena?
No podía evitar quedarme paralizada mirando a las criaturas con las que me cruzaba.
- Ah si, perdona...

miércoles, 27 de agosto de 2008

2. Rine.

Abrí los ojos lentamente y al ver el entorno que me rodeaba me incorpore rápidamente. Miré a mí alrededor y pude ver a una chica más o menos de mi edad; tenía el pelo largo y rubio, con los ojos verdes y, a decir verdad, la maldita estaba muy bien dotada… Estábamos en una habitación, yo estaba en una cama y ella permanecía sentada en una silla leyendo. De repente levantó la mirada del libro.
- ¿Euh? ¡¡Ha despertado!!
Yo permanecí en el sitio sin saber que decir.
Apareció por la puerta una enfermera no muy mayor, era la tipa más rara que nunca había visto; tenía el pelo de color rosa claro y los ojos morados y lo más extraño… Tenía dos alas como las de un angel.
- Q-Qu-Que…¡¡Uaah!!
- Tranquilízate…
La chica del pelo rubio se acercó a mí y me hizo un gesto para intentar calmarme.
- T-T-Tiiiene alas…
La enfermera me miró y empezó a reir.
- ¿¡De qué te ríes!? ¿Qué está pasando, estoy muerta?
La otra chica se unió a ella y las dos me miraron dejando escapar sonoras carcajadas.
- Veamos… No sé por donde empezar… Tenemos que explicarte muchas cosas.
- ¿Cómo?
- Tranquilízate y escúchame, por favor.
La enfermera se me acercó y se sentó en la cama.
- Haber…Verás, este mundo en el que estamos no es el tuyo, donde has vivido siempre, ahora mismo estas en un centro de acogida donde hay mas seres humanos como tu, pero en este mundo hay muchas mas criaturas que irás conociendo. En tu mundo, cuando vives una experiencia cercana a la muerte, se te abre una puerta; si entras en ella apareces aquí, sino tal vez vivas o tal vez no, pero seguirías en tu mundo. Bueno, ciertamente, esto solo le pasa a un reducido grupo de personas… Y tu estas en ese grupo.
- Entonces… ¿He desaparecido de mi mundo?
- Si.
- ¿Y como puedo volver?
La enfermera tomó aire, se humedeció los labios con la lengua y me miró.
- Ehm… No puedes.
- ¿Qué? ¿Cómo que no? Si entré podré salir…
- No, has tomado una decisión. Nadie ha podido volver jamás.
Pensé "Eso quiere decir... que me quedaré aquí para siempre… ¡Mierda! ¿Por qué cruzaría la puerta?" Y entonces me acordé.
- Ah, una cosa, ¿conocéis a Tari?
- ¿Delia?
- Mmmh… Sí, es mi madre… La vi al otro lado de la puerta; por eso entré.
- ¿Tu madre?
- Si… En realidad ella debería estar muerta…
- No, por Tari no me suena… ¿Tienes alguna foto?
- No, lo siento.
La enfermera se acercó y me cogió de la mano sonriente.
- Yo ya me voy, Rine te explicara lo que quieras saber.
- ¿Rine?
- ¡Ah! Lo siento, con todo el lío ni me he presentado, me llamo Rine.
- Y yo soy Lorine, la enfermera del centro de acogida.
- Ah... Encantada... Yo me llamo Helena.

martes, 26 de agosto de 2008

1. La puerta


Caminaba tan despreocupada como de costumbre, a paso tranquilo, con la mirada perdida y la cabeza en cualquier rincón perdido, estallando imaginación. Mi urbanización estaba tan silenciosa y oscura como cada noche, hacía poco que la habían construido y no tenía aún muchos habitantes. Me paré en seco y giré hacia mi derecha dispuesta a cruzar la calle, pero no sin mirar antes hacia los lados. Estaba atravesando el frío asfalto cuando un coche doblo la esquina a toda velocidad y me alcanzó antes de poder frenar. A unos pocos metros de él venía otro coche que tampoco pudo frenar antes de chocar.
Tras el choque yo salí despedida. La calle pasaba a gran velocidad ante mis ojos que se cerraban lentamente conforme se me nublaba la vista. Caí en la carretera pintándola de rojo vivo.
Entonces fue cuando ocurrió; con los ojos cerrados mis pupilas se envolvían de ese color que no puedo definir tan siquiera como negro, mezclados por ese extraño color flotaban puntitos blancos, bueno, en realidad eran de todos y de ningún color, no podría describirlo. Los pequeños puntitos se fortalecían y brillaban como diminutas luciérnagas. La luz era mas potente a cada segundo, me ardían los ojos. Abrí los ojos y me envolvió una luz deslumbrante sin un origen concreto. Solo se me pasaba una cosa por la cabeza. "¿Estoy muerta?"
Retrocedí arrastras como un gusano y pude ver una inmensa puerta frente a mi. A decir verdad era una puerta preciosa; de piedra, color verde musgoso, con figuras talladas en ellas tan formidables que me erizaban el vello de los brazos.
Al otro lado de la puerta empezó a surgir una sombra, que pronto tomó la forma de una figura opaca, una figura humana. Era una mujer que avanzaba lentamente hacia mí. Se paró antes de poder sobrepasar la puerta y pude verla mejor.
Era imposible más no tenía ninguna duda; era mi madre. Me miraba desde el otro lado de la puerta sonriente, pero su cara no reflejaba felicidad. Era ella... Pero... Mi madre murió el año pasado por un cáncer de hígado.
Mis piernas heridas y temblorosas me ayudaron a incorporarme. Entonces me di cuenta de que no sentía dolor alguno.
Avancé lentamente hacia la puerta sin apartar la mirada de la mustia expresión de mi madre. Ella me miró con cara de terror, dio media vuelta y corrió mirando hacia atrás de vez en cuando. Yo sin pensarlo si quería la seguí lo más rápido que pude pero se desvaneció entre la luz. Cuando quise darme cuenta había traspasado la puerta, entonces miré hacia atrás y esta se cerró con un fuerte golpe.
Yo me quedé paralizada sin saber que hacer, busqué con la mirada, no sé muy bien el que y mi corazón se aceleró más que nunca, entonces sentí un fuerte dolor en el pecho y caí al suelo inconsciente.

sábado, 16 de agosto de 2008

Mii perfil!

Nombre: Paula

Color preferido: Morado.

Numero preferido: 7

Signo del zodiaco: Escorpio.

Anime preferido: Elfen lied

Una palabra:
Abrazo.

Dos palabras: Te quiero.

Tres palabras: Paz y amor!! =D

Una fecha: 2/8/08

Un regalo: La vida.

Un castigo: La distancia.

Un sabor de yogurt: Macedonia (dedicado a Maguas xDD).

Una parte del cuerpo: El ombligo.

Dulce: Regaliz.

Salado: Queso.

Un lugar: Japon.

Cosas que me gustan:
-Me gusta coger piedras no muy grandes y pasarlas de una mano a otra haciéndolas chocar.
-Me gusta ver el cielo lleno de estrellas en un sitio lejos de la contaminación.
-Me gusta poseer la libertad del anonimato y poder ir por la calle cantando, saludando a la gente, bailando, vestida como quiera, haciendo lo que quiera sin que nadie me conozca.
-Me gusta hacer que alguien sonría.
-Me encantan los abrazos!! =D

Hobbies:
-Me paso el día dibujando xD
-Me gusta mucho ver animes (o leer mangas).
-World of Warcrafttt!!! <3>Cosas que colecciono:
-Los papelitos que me tocan en las galletitas de la fortuna.
-Las monedas de 1 y 2 céntimos.
-Los envoltorios de las cosas raras que me como.
-Entradas de cine, museos, teatros, etc.
-Billetes de metros de todos los sitios a los que voy (en los que hay metro claro).

Cosas que me gustarían:

-Me gustaría ver como fue el primer beso de la historia de la humanidad.
-Me gustaría ir a cualquier lado con solo chascar los dedos.
-Me gustaría estar con "el".
-Me gustaría tener un incienso con su olor.
-¡Y que nunca se gastase!
-Me gustaría elegir qué soñar.
-Me gustaría congelar el tiempo cuando quisiera.
-Me gustaría saber expresar lo que siento.
-Me gustaría tener un día para ver a esa gente que "ya no esta aquí"...
-Me gustaría ser una mangaka!!
-Me gustaría poblar un pueblo y que en el todos nos llevásemos bien. (=
-Me gustaría matar a algunas personas...Y disfrutar con ello. 0=)

Cosas que odio:
-A los pelotas.
-A la gente que te habla por el msn pero no llega a decirte nada en concreto; te habla por hablar.
-LOS CAPITULOS DE RELLENO!! T_T
-La gente que va de algo.
-Las despedidas.
-El sufrimiento ajeno.
-La gente egoísta.
-Que se piensen que algunos seres vivos tienen menos derecho que otros.

Gente que me deslumbra:
-L(death note).
-Joker(Batman).
-Mi madre!! =D
-Todas las madres!!! n__n
-Jack Sparrow(Piratas del caribe).
-Tarantino.

miércoles, 16 de julio de 2008

23 Atrapada.


Abro los ojos, otra vez me desmallé... En fin...
¿Qué? ¿Lo he soñado? Yo... Estaba en la calle... Estaba en Alcobendas... ¿¿¡Qué hago aquí!?? Miro a mi lado.
- ¿Marco? ¡Estas vivo!
Me mira y sonríe, me acerco corriendo dispuesta a besarlo.
- Adiós...
-¿Eh? ¡¡NO!! ¿¡A dónde vas!?
Ya no está... ¿Qué está pasando? Vuelvo a mirar hacia delante y le veo... Es el viejo que me apunta con la pistola mientras se baja los pantalones... Dios mío... ¿¡Qué coño pasa aquí!?
El viejo me mira sonriente pero una vez sin calzoncillos se dirige hacia mi izquierda y se agacha...
- ¡¡Carol!!
- Ali... Alicia, ayúdame... No me dejes morir...
- ¡¡Callaos!!
El hombre golpea a Carol con la pistola en la cabeza, esta queda inconsciente.
¿Cómo? ¿Qué pasa ahora? La habitación comienza a cambiar... Todo se vuelve blanco y la oscuridad se consume. Miro a mi lado de nuevo... ¿Q...Qué...? Ya no está Carol, ahora está Ayumi tirada a mi lado, llena de sangre... Muerta...
- Muy bien... Ahora tú... ¿Quieres que te haga un hijo? Ha, ha, ha, ha...
No tengo palabras... Esto es... ¿El psiquiátrico..?
- Ven... No temas... No te va a doler...
Con una mano me coge del pelo y me echa la cabeza hacia atrás contra la pared, con la otra mano se acerca a mi entrepierna para abrirse paso.
- ¡¡¡NOOOO!!! ¡¡Apártate!!
Me incorporo gritando con la cara llena de lágrimas.
- ¡Sujetadla! ¡Traed el tranquilizante!
- Shhh, tranquila... No te haremos daño.
¿Quienes son estas personas? Vestidas de blanco... Me agarran impidiendo que me mueva. Estoy en una camilla. Se acerca un hombre con una jeringuillla y me pincha el brazo, introduciéndome un liquido.
Las personas que me tenían inmovilizada me sueltan lentamente pero sigo sin poder moverme, ¿qué me ha metido?
Empiezan a hablar entre ellos.
- ¿Estaba dentro del edificio cuando se incendió?
- Si, eso parece, tiene todo el cuerpo lleno de quemaduras, no sé como puede moverse de esa manera... Un poco más y no lo cuenta...
- Pero... ¿Qué le pasa? ¿Padece algún tipo de enfermedad mental? ¿Por qué ha reaccionado de esa manera cuando se ha despertado?
- Tal vez un mal sueño...
- Si... Pero... No sé.
- ¿Y su familia?
- Su madre murió hace mucho tiempo ya... Su padre parece ser que hace un par de días sufrió un accidente en casa con el gas... Hubo una explosión...
¿Mi padre? No puedo moverme, no puedo decir nada, comienzo a mirar hacia todos lados llorando.
- Hhhggggg...Nngggghhh...
- ¿Qué? ¿Qué pasa?
- N... ¿No lo sabías?
Cierro los ojos e intento dormir.
- Comprobaremos su estado físico y mental, si está bien la llevaremos a casa de su padre; ahora es la suya.
Después de todo... Al fin he salido... Si Carol y Marco estuvieran conmigo...



SE ACABÓ LO QUE SE DABA =3

martes, 15 de julio de 2008

22 La calle.

"Has ganado... Solo quedas tú."
¿Qué? ¿Soy... Soy libre? ¿Ya está? La habitación comienza a temblar, el suelo cede y caigo a lo que parece una planta escondida... Un sótano - antes estaba en el primer miso-. No caigo en el suelo, caigo sobre unos bultos... Pero no puedo verlos... Debido al tacto deduzco que es algo de tela...¿Qué será lo que tengo bajo mí? Que mal rollo...
"Busca la llave; con ella podrás abrir la puerta que ves ante ti y serás libre, además con esa llave podrás abrir el dispositivo de realidad virtual que llevas."
- Pe... Pero... ¿Dónde?
"¿No notas bultos? Busca entre ellos..."
Yo me apresuro a levantar bultos buscando la llave, cómo pesan... Hay muchos bultos, son enormes... La llave tiene que estar por el suelo, voy quitando obstáculos para llegar al suelo, estoy rodeada de bultos...
Voy palpando el suelo en busca de la llave, no la encuentro... Es muy difícil...
¡Aquí está! Por fin. Cojo la llave busco una cerradura en el dispositivo. Abro el dispositivo, me lo quito...
Por fin puedo ver los bultos... Un momento... Tienen unas formas bastante... Sospechosas. ¿Qué hay tras las mantas que los envuelven? Tienen... Sangre... Destapo un poco uno de os bultos.
- ¡¡¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh!!!!!!!
"¿Sorprendida?... Sois muchos los que escribisteis en ese foro..."
- Q... Que... ¡¡Qué coño!! ¡¡¡ENFERMO DE MIERDA!!!
"¿Sabes..? Me tengo que deshacer de los cadáveres, dentro de un minuto esa habitación se convertirá en un horno, yo que tú saldría de ahí..."
Ahogo otro grito e intento abrirme paso entre los cadáveres... Hay demasiados... Ya casi estoy en la puerta... Un poco más... Tarde. La habitación se prende en llamas, las mantas se van consumiendo en el fuego y dejan al descubierto todos los cadáveres que me rodean.
- ¡¡¡AAAHHH, JODER!!! ¡¡Socorro!!
Sigo caminando a duras penas, mi cuerpo está en llamas, me cuesta respirar. El pomo de la puerta... Tomo la llave y abro. Cierro rápidamente la puerta nada más salir.
¿Qué? Era... Un edificio abandonado... Ahora estoy en la calle... Esto... Esto es... ¿Alcobendas?
No puedo más, las cosas se vuelven negras, me desmayo...

lunes, 14 de julio de 2008

21 El foro.

Empieza a soltar sonoras carcajadas, da bastante miedo. Al fin ha bajado la guardia; con la mano izquierda agarro el brazo que sostiene la pistola y con la mano derecha saco la navaja y se la clavo, paseándola de un lado al otro de su cuello. Él intenta respirar y hace unos aspavientos muy bruscos, entonces sus ojos se abren como platos y cae al suelo.
- Maldito cerdo...
Ahora tengo que salir de aquí, sino no sé que será de mi...¿Tendre que alimentarme de este hombre y de Marco? ¿Acabare comiendome a mi misma? No... No puedo... Cojo la pistola y me apunto en la cabeza, pero algo me impide apretar el gatillo... Recuerdo cuando estaba a punto de morir desangrada y él me salvó y me ayudó, recuerdo todos los ánimos que me había dado y lo que había hecho por mí. Tengo que salir de aquí... Por mí, por Carol, por él...
Rebusco entre las ropas del viejo, que por cierto, según su DNI se llamaba Manuel Ibañez. Aquí está; el papel con la fecha y la hora. Voy junto a Marco y cojo el resto de los papeles. Me quedo mirándole unos instantes...
- Yo... Te quería... No... Yo te quiero...
Mis lágrimas caen sobre su cara, yo se las limpio y le beso la frente dulcemente.
- Adiós...
Me levanto y entro en la 5ª puerta.
Es un piso pequeño y diáfano, a traves de la ventana puedo ver una ciudad... La ciudad de Madrid... Veo a la gente de la calle paseando feliz... Como quisiera estar ahí fuera...
En una esquina del salón hay un ordenador y ahí está Manuel con el ordenador. ¿Eso es porno? Será cerdo... Me voy a ver el resto de la casa. Son las 5 de la tarde, en el papel pone 17:03. Cuando vuelvo al salón le veo metido en el foro... Pero se está riendo...
Me acerco para ver de qué se ríe pero todo se vuelve negro y me encuentro de nuevo en la habitación de las seis puertas.
Queda una puerta. La miro. La salida... Me acerco y agarro el pomo. Abro la puerta. ¿De quién es esta habitación? Esto no es la salida... Joder...
Hay una chica sentada en la cama llorando.. ¿Quién es? ¿Es que hay alguien más por aquí..? Cerca de la cama hay un escritorio con un ordenador, en el ordenador hay una conversación del messenger. Las webcams están conectadas y puedo ver a un chico moreno bastante mono.

Justice will prevail dice:
Hola!!

†[Blood's smell]† Ich Liebe Dich !! <3>

enas neno! :D

Justice will prevail dice:
Qué tal?

†[Blood's smell]† Ich Liebe Dich !! <3>
:(

Justice will prevail dice:
Ains... No estes triste, por favor.

†[Blood's smell]† Ich Liebe Dich !! <3>
nito vert...

Justice will prevail dice:
Yo también, daría lo que fuera por estar contigo...

†[Blood's smell]† Ich Liebe Dich !! <3>
joderr

†[Blood's smell]† Ich Liebe Dich !! <3>
xq tiens q vivir tan lejos? T_T

Justice will prevail dice:
:(

†[Blood's smell]† Ich Liebe Dich !! <3>
tu ers lo unik que tengo.. todo es una mierda pro tu me aces feliz... xq no puedo tenert contigo??

Justice will prevail dice:
Si tuviera dinero iría a España a verte... Pero no tengo dinero.

†[Blood's smell]† Ich Liebe Dich !! <3>
mis padres n kieren llevarme a vert... dicen q es una gilipoyez y ya se me pasara... >:(

†[Blood's smell]† Ich Liebe Dich !! <3>

spra... aora welvo

Justice will prevail dice:
Ok

La chica ha dejado de llorar. Se levanta, se seca las lágrimas y vuelve frente al ordenador con una falsa sonrisa.
Sigue con la conversación y se mete en Google. Buscar: suicidio.
Clika el primer resultado. Es el foro... La chica empieza a leer... Hay muchos métodos de suicidio sugeridos por la gente que escribe en ese foro. Empieza a leer comentarios, los últimos son todos del día 10 de junio...


Hopeless.. @ 10-06-08 15.08 dijo:

La vida es una puta mierda... Gracias por los consejos.


Si no tienes motivos para vivir, no lo hagas.

Bloodkisses!!
__________________________

Carolina @ 10-06-08 16.05 dijo:
Gracias... Tomo nota.
Acabad con vuestro sufrimiento si podeis...
__________________________

Anónimo @ 10-06-08 17.03 dijo:
Mataos, es lo mejor que podeis hacer. Vivos no haceis más que joder la marrana. XDD
_________________________


Marco @ 10-06-08 22.54 dijo:
"No hay esperanza... Cuando llevas una maldita vida de mierda tienes tu destino escrito...
__________________________

Conichiwa!! @ 10-06-08 22.54 dijo:
Cuando te rodeas de gente de mierda no puedes evitar llevar una vida de mierda: puedes vivirla o no.


Hopeles... ¡Coño, soy yo! Y Carol, Marco, Ayumi, el viejo... Joder...
La chica mira todos esos esos comentarios, abre la ventana de conversacion del messenger, quita la webcam y empieza a llorar.
Añade un comentario al foro y con un cuchillo empieza a cortarse las muñecas muy decidida con cortes verticales muy profundos, llorando desconsoladamente.

†[Blood's smell]† Ich Liebe Dich !! <3>
te kiero mi amor... :(

Justice will prevail dice:
Y yo a ti <3>

†[Blood's smell]† Ich Liebe Dich !! <3>
me vy yap... :( te echare de menos

Justice will prevail dice:
Hehe, y yo a ti vida, byee!

†[Blood's smell]† Ich Liebe Dich !! <3>

adios, te quiero...

Cerrando sesión...


Todo negro... Y vuelvo a la habitación.
¿Qué? No entiendo... ¿Y esa chica? ¿Está por aquí?
"¿No era guapísima?"
- ¿He? ¿Qu... Quién?
"Mi hija..."
- ¡¿Dónde estás?! ¡Sal de una vez, da la cara!
"Vosotros la empujasteis a tomar esa decisión... Ella aún era una niña... No sabía lo que hacía..."
Permanezco en silencio.
"¿No queríais morir? Estais en vuestro derecho... Pero... ¿Por qué? Ese maldito foro..."
- Yo... Yo lo siento...

sábado, 12 de julio de 2008

20 La historia se repite.

No puedo creer que le esté besando... Es algo que en todo este tiempo jamás se me ha pasado por la cabeza... Sin embargo, cuando le he besado en la mejilla no he podido resistir, algo me ha empujado a... Ahora sé que saldremos de aquí juntos y permaneceremos unidos hasta el final... Ahora sé lo que de verdad siento.
Él me agarra de la espalda con una mano, la otra mano juega con mis cabellos. Se oye un estruendo. Sus manos se quedan inmóviles y él deja de besarme. Cae al suelo y tras él puedo ver al viejo con una pistola en la mano y una sonrisa en la boca. Marco permanece en el suelo y su ropa se va empapando de sangre, logro reaccionar y me agacho corriendo.
- ¡Marco! ¡¡MARCO!!
- Alici...a
- ¡¡Marco, no, me dijiste que me sacarías de aquí, que saldríamos juntos!!
- Alicia... Hulle... Tienes que salir... Tienes que viv...
- ¡¿Marco?! ¡¡MARCO!! ¡Joder, no! Por... Por favor...
Mis sollozos no me dejan hablar, no me dejan respirar, me duele la garganta, siento que me ahogo, las lágrimas me empañan los ojos y me nublan la vista.
Levanto lentamente la mirada y veo al viejo que me observa satisfecho.
- ¡¡Vamos, mátame!! ¡¿A qué esperas?!
- ¿Por qué tanta prisa? Todo a su tiempo... ¿Sabes? Antes tengo algo que hacer contigo... Uno tiene sus necesidades...
- N... No... No es posible...
Recuerdo a Carol y a Ayumi y me veo a mí misma en su situación... No puede ser...
Retrocedo lentamente y busco la puerta palpando la pared con mis manos. Una bala da justo al lado de mi mano.
- ¿A dónde vas?
- Y...Yo
El hombre se acerca a mí con la pistola en la mano y me la pone en la cabeza.
- Ni un movimiento más o te vuelo la cabeza.
Con la pistola apuntándome firmemente el hombre empieza a desabrocharse el cinturón, se quita los pantalones, la ropa interior... Se acerca...
No puede ser real, esto no está pasando... Cuando acabe me matará... ¿Qué puedo hacer?
- ¿Te puedo hacer una pregunta?
- ¿Hum?
El hombre me mira y frunce el ceño.
- ¿De qué te has estado alimentando todo este tiempo?
- ¿Quieres saberlo?
- S... Sí.
El hombre se baja cuidadosamente el pantalón. Inevitablemente dejo escapar un grito. Su muslo está desgarrado... Se ha comido a sí mismo...
- Lo sé, es horrible, pero no sufras, dentro de poco no tendré que comerme a mi mismo, Marco y tú seréis unos excelentes manjares... Además os he oído hablar, os he estado siguiendo... Ya sé cómo salir de aquí; pronto podré comer en un lugar decente.
- ¡Hijo de puta!

19 Distancias cortas.


- Ya has despertado...
- ¿Alicia? ¿Qué hora es?
- Las 10 de la tarde.
- Puff... He dormido 8 horas.
- Necesitabas dormir desde hace muchos días.
- Ya, bueno... Sigamos.
- ¿Seguro que te encuentras en condiciones..?
- Sí, vamos.
Alicia me ayuda a levantarme y seguimos con nuestra búsqueda.
- No sé a dónde habrá ido el viejo, pero tenemos que andar con cuidado.
Alicia mira de reojo mis heridas y suspira.
- Sí, ya lo veo.
Seguimos caminando y buscando en silencio, me da la sensación de que llevamos haciendo lo mismo años, es todo igual, todo aburrido.
- ¡Auch!
- Ay, lo siento, yo solo...
Alicia se pone a mi izquierda y me coge la otra mano, luego me sonríe.
- Tenemos que encontrar a ese viejo... Sin su papel...
- Le encontraremos.
- Va a pagar por lo que te ha hecho...
- Alicia...
No sabía que le importase tanto...
- Estoy cansada de este sitio...
- Y yo, no sé dónde más buscar.
- Oye, Marco... Podríamos ir a ver si se ha abierto alguna puerta...
- No lo creo, pero de todos modos no perdemos nada.
- Sí, la verdad, es un poco estúpido, hehe...
- Ven vamos.
Con una sonrisa en la boca llevo a Alicia hacia las seis puertas.
- Ya estamos, veamos... No, no están abiertas.
- Ya veo... Valla... Oye, Marco... Tal vez, podríamos...
Alicia mira con desconsuelo hacia la puerta de Carol.
- Alicia, ¿estás segura de lo que dices?
- Yo... Sí... Bueno, no, pero...
Vuelve su gris mirada hacia mí y puedo ver todos sus sentimientos, como si me abriera una ventana a través de sus ojos.
- Como quieras.
Una vez más estamos en casa de Carol, Alicia intenta no mirar las escenas sangrientas y dolorosas, finalmente subimos a su cuarto y allí está ella con el portátil. Alicia se acerca a ella y se arrodilla para estar a su altura. Inevitablemente deja rodar una lágrima por su rostro que toca su fin en su barbilla, luego cae al vacío y se estampa contra el suelo quedándose en nada, rompiéndose en mis gotitas.
- Carol... Lo siento...
- Alicia... Gracias... Me has sacado de este infierno... Te estoy eternamente agradecida... Gracias por cumplir con tu promesa.
Alicia y yo nos volvemos rápidamente y la vemos de pie en la puerta. Alicia corre hacia ella e intenta apoyar las manos en sus hombros, pero cae al suelo traspasándola.
- Un... ¿Un fantasma..?
- No, realidad virtual.
Todo se vuelve negro y regresamos a la habitación de las seis puertas.
Me acerco a Alicia y la abrazo una vez más.
- Por favor... No estés triste...
Ella me mira melancólicamente y yo la seco la cara con mi camiseta. Ella sonríe.
- Eso era lo que quería ver.
Yo también sonríe. La habitación se sume en el silencio y nosotros volvemos a envolvernos con las miradas.
Ella se acerca y me besa en la mejilla y algo nos impide separarnos, algo nos impulsa a seguir, algo nos pide más... Desliza sus labios suavemente por mi mejilla hasta llegar a mi boca.

viernes, 11 de julio de 2008

18 Sentimientos.

- ¡¡¡¿Qué haces pervertido?!!!
Marco se pone de todos los colores t retrocede arrastras. Yo le miro muy enfadada pero entonces me fijo en su mano y en su pierna.
- ¡¡Estas herido!! ¿Qué ha pasado?
- Euh... Sí... Yo... Vi al viejo y...
- ¡¿Cómo?! ¿Tienes el papel?
- No...
Mis esperanzas se van desvaneciendo.
- Ven, a ver...
Le cojo la mano y levanto el vendaje despacio.
- Auch, qué daño, ¿no?
- Y que lo digas...
- Yo... Me he vuelto a desmallar, ¿no? Lo siento...
- Sí. Alicia, tienes que comer algo...
Lo había olvidado... Carol... No sé que hacer, no soy capaz de comérmela, pero tiene razón Marco, si no comemos nosotros también moriremos...
- Es... Está bien, Marco... Comámonos a Carol...
Marco se queda sorprendido y dibuja media sonrisa en su rostro.
- Hay que tener valor... Vamos.
Estamos frente a Carol, ella yace muerta con la mirada perdida y la boca abierta... Está bañada de sangre.
Marco saca la navaja y la mira con angustia, después mira a Carol y ahoga un sollozo. Acerca la navaja dispuesto a cortar.
La navaja desgarra lentamente la carne de Carol, no es un buen instrumento para cortar carne, por lo tanto cuesta bastante. Marco no puede evitar llorar, yo tampoco.
Me arranco trozos de pantalón y enciendo una fogata con la que cocinamos la carne.
La carne, he de admitir, está deliciosa, más a mi no me produce ninguna satisfacción. Mi hambre se atenúa pero mi angustia y mi culpabilidad cada vez me taladran más el corazón.
Nuestras ropas quedan llenas de sangre, cada día tienen más sangre, sangre que me recuerda que estamos aquí atrapados, que nos alimentamos de los cadáveres de otras personas, que en cualquier momento podemos morir, que somos las marionetas de alguien que ni tan siquiera da la cara...
Todos estos pensamientos, esta sangre, esta angustia... No puedo evitar llorar... Siempre estamos llorando.
Marco me abraza.
- Alicia, tenemos que ser fuertes.
Le miro, pasea sus dedos sobre mi rostro secando mis lágrimas y sonríe. Me acerco, acerco mis labios hacia el, siento su calor... Le beso en la mejilla.
- Gracias por todo...
Nos volvemos a mirar y se me olvidan todos los pensamientos que me oprimían y dañaban el corazón. Apoyo mi cabeza en su pecho y cierro los ojos apartándome de la melancolía que envuelve las habitaciones de este lugar. Él acaricia mi pelo y me acoge entre sus brazos.
- Descansa... Estás herido.
Mis palabras mimosas se pierden en el silencio. Levanto la mirada; está dormido.
Le debo tanto... Y no sé como agradecerselo... Daría mi vida por él... Se merece eso y más. Es la persona más grande que he conocido nunca. Podría pasarme el resto de mis días encerrada en este lugar, sin comida, llena de sangre, herida, cansada, perdida... Podría permanecer el resto de mi tiempo de esta manera si él nunca me dejara, si estuviera para llevarme a un lugar mejor cada vez que me abraza, para alejarme de la tristeza cuando me mira y me sonríe.
Creo que este sentimiento es nuevo para mí... Creo que no es amor, nunca había sentido el amor de esta manera... Me basta con su presencia, no necesito nada más.

miércoles, 9 de julio de 2008

17 Silencio.

- N... No puedes estar hablando enserio...
- Alicia... Es cuestión de supervivencia, sé lo que sientes, pero ella está muerta, si no comemos, nosotros también moriremos.
Alicia se queda pensativa.
- Pero es que yo...
- Alicia, tenemos que comer.
- ¿Y si salimos de aquí?
- Si salimos de aquí, creo que no será hoy ni mañana... No es por quitar las esperanzas... Pero sabes que es verdad.
Silencio.
Tengo que hacer algo... No la dejaré morir...
- Alicia, vamos a buscar al viejo.
Alicia sonríe con lástima.
- S... Sí.
La cojo de la mano y la llevo detrás mía por el pasillo, vamos de habitación en habitación en busca del viejo, ella a veces se para porque se marea, la verdad, yo tampoco estoy muy bien.
Me aprieta la mano, me vuelvo, está en el suelo...
No dejaré que la pase nada, tenemos que salir de aquí y comer algo... Si se sigue negando a alimentarse de Carol... A mí tampoco me hace ninguna gracia, la verdad.
Me agacho y la cojo en brazos, tenemos que seguir.
Es preciosa... Simplemente, preciosa.
¿Cuanto llevo andando? ¿¿Media hora tal vez?? Alicia no se despierta... Pero es mejor que duerma.
Siguiente puerta, sujeto el pomo, abro. No puede ser, al fin, ahí está. Saco la pistola y le apunto
- ¡¡Alto!!
- ¡Vosotros!
- No te haré nada, pero te lo pido pacíficamente, dame el papel.
- ¿Cómo? ¿Papel?
- Sí, deberías tener un papel con una fecha y una hora...
El viejo se queda perplejo. Saca rápidamente la pistola y me dispara en la mano, yo dejo caer mi arma.
- ¡¡¡Ahh!! ¡Joder!
El viejo dispara una vez más, en mi pierna y caigo al suelo. Se acabó, nos va a matar.
No, no puedo permitirlo, después de todo lo que hemos pasado... Tengo que alcanzar mi pistola.
Entonces el viejo sale corriendo de la habitación. Yo me quedo paralizado, ¿por qué no nos ha matado..?
Reacciono lo antes que puedo y me arrastro hacia la pistola, me levanto con ayuda de la pared y cojeo hacia el pasillo, él ya no está...
Mierda, ahora para encontrarle... Pero, no entiendo por qué no nos ha matado...
Me siento en el suelo y saco el botiquín de la mochila. Me pregunto por qué habrá botiquines en las mochilas, se supone que lo que pretende quien quiera que sea, es matarnos...
Tengo que sacar la bala que hay en mi mano y la que hay en mi pierna... Veamos qué hay por aquí. ¡Bien! Pinzas. Ahh, joder, duele... Ahora desinfectar y vendar la herida...
Ya me he curado ambas heridas. Estoy en el suelo sentado, me duelen demasiado los balazos como para seguir con Alicia a cuestas. Ella está entre mis brazos. No puedo dejar de mirarla. Su pelo es tan bonito... Su rostro... Sus... Sus labios... Daría lo que fuera por besarla... Lo que fuera.Está inconsciente, es tan grande la tentación... Yo... No, no debo, qué bajo caería... No... Más es tan guapa, es... No puedo besarla, no mientras está inconsciente, sería aprovecharme de ella, que rastrero... No puedo, pero tampoco puedo parar de acercarme a su boca... Yo...
Alicia despierta.

martes, 8 de julio de 2008

16 Hambre.

Una vez más mis sueños se pierden y se alejan, y yo vuelvo a la realidad. Abro los ojos y veo la pared gris de la habitación y veo a Marco que me acoge entre sus brazos, el aún duerme.
Pasado aproximadamente un cuarto de hora, Marco despierta.
- Buenos días.
Le recibo con una sonrisa.
- Hola Alicia...
- Marco... ¿Cuándo comeremos? ¿Qué comeremos?
Su expresión cambia bruscamente, reflejando preocupación.
- Pues, no lo sé... Mejor no pensar en ello.
- Ya, bueno... Está bien.
Vamos de habitación en habitación buscando al viejo. Entonces llegamos a una habitación empapelada. Esto me suena... Esta habitación...
- Mierda... Ayúdame.
Marco comienza a arrancar el papel de la pared y yo acudo a ayudarle, tal y como me ha pedido. Una puerta... Y tras ella, otras seis.
- Dios... Como imaginaba, esto es una rayada, ¡¡joder!!
- Euh... Ma... Marco.
- Ven, vamos a probar algo.
Marco me agarra de la muñeca y me lleva al conducto que nos trajo hacia aquí.
- Espera aquí. Volveré.
- ¿Estás seguro...?
- Espera, joder.
- Pe...Pero... Las habitaciones con puertas... Que no acababan...
- Si es cierto... Ha, ya se.
Marco coge la navaja y hace un rallajo en la pared y me lleva a otra habitación.
- Aquí es.
- ¿Qué?
- El conducto por el que entramos, ven.
Se mete en el conducto y se arrastra hacia la salida, yo le sigo. Llegamos a una habitación gris, como todas.
- Fíjate. La marca que hice...
- Entonces... Es el mismo edificio... Pero... Es que es como si se reiniciara, quiero decir, las trampas vuelven a estar ahí, las puertas cerradas...
- Ya pero... Es lo que tiene la realidad virtual.
- Joder...
Marco y yo nos quedamos quietos, mirando al suelo, pensando.
- Bueno, Marco, al menos ya sabemos que el viejo ha de andar por aquí...
- ¿Eh?
- La marca que he hecho... Es el mismo edificio.
- Entonces... El viejo tiene que estar por aquí, ¿no?
- Tal vez...
- ¿Y si... Ha salido..?
- Que no coño, seguro que no.
- Marco... Tengo miedo... No sé si podremos salir de aquí...
Le abrazo.
- Y... Yo...
Marco es tan... Valiente... Tan amable... Me ha salvado la vida y me está ayudando a salir de aquí. Nunca habían hecho nada parecido por mí. Creo que es alguien realmente especial...
- Y... Yo... Esto... Gracias, Marco.
- De nada, tonta, faltaría más. Quien fuese capaz de dejarte morir merecería morir...
Levanto la mirada y la empalmo con la suya... El silencio vuelve a apoderarse de la habitación. No puedo parar de mirarle... Pensando... Pensando todo lo que le debo...
- Ma... Marco... Yo...
No sé si soy capaz...
- ¿Sí?
Me fallan las fuerzas, se me nubla la vista y caigo hacia el suelo, pero Marco me sostiene entre sus brazos.
- ¡Alicia!
Abro los ojos y le veo a mi lado, observándome. No ha sido un sueño.
- Te has despertado... Menos mal.
Yo me limito a sonreír.
- Alicia... Tienes que comer. Y no solo tú, ambos deberíamos comer algo.
- Lo sé, pero, ¿qué?
Marco permanece callado y aparta la mirada.
- ¿..Marco?
- Y... Yo...
- ¿En qué estás pensando?
Espero que no sea lo que yo pienso...
- Alicia, creo que... Solo se me ocurre una elección...
- ¿No estarás insinuando que...?
Marco me mira tristemente.
- S... Sí... Carol...

lunes, 7 de julio de 2008

15 Culpabilidad.

Alicia a penas puede respirar, está frente a mi, con la cara empapada, a su lado está Carol... En el suelo tirada... Muerta....
- ¡¡ESTAS LOCA!!
- Y...Yo... Por favor...
Por más que lo intenta no puede decir más que dos palabras. Mi pistola apunta a su cabeza con insistencia. Alicia da otro paso hacia mí.
- ¡¡Quieta!!
- Yo... ¡¡Ha sido una trampa!!
Alicia se echa las manos a la cara y se desploma en el suelo desconsolada.
- ¿Qu...?
- P... Por favor, coño, tienes que creerme... La pantalla se puso negra y apareció... apareció...
Bajo el arma y me agacho para ponerme a su altura.
- ¿Alicia?
- Y... Yo...
Los sollozos no la dejan hablar, se acerca a mi y me abraza. Está temblando.
- Por favor, tienes que creerme... Nunca haría daño a Carol...
Se vuelve y la ve muerta por el rabillo del ojo, entonces empieza a llorar con más fuerza.
- ¡¡Hijo de puta!! ¿¡Qué quieres de nosotros!?
- Tranquila...
- Y... Yo... La he matado, Marco, yo la he matado.
Me agarra fuertemente de la camiseta.
- N... No puedo... Esto es lo único que me faltaba... ¡¡NO PUEDO SEGUIR ASÍ!!
- Cállate, gilipollas.
El llanto de Alicia cesa, ella levanta la cabeza y me mira.
- ¿Hum?
- Alicia... Vamos a salir de aquí, te lo he prometido...
- Y... Yo se lo he prometido a Carol...
Alicia permanece abrazada a mi mirándome con los ojos empañados. Yo la seco las lágrimas y la sonrío.
- Te voy a sacar de aquí, ¿vale?
- Gracias Marco...
Qué guapa es... Es preciosa... No permitiré que le pase nada. Nunca dejaré que Alicia acabe como Carol.
No puedo evitar derramar una lágrima sobre la camiseta de Alicia.
- Marco...
- Alicia...
Ella apoya su cabeza sobre mi pecho y permanece callada, abrazada a mí.
Entonces puedo ver, en segundo plano, a Carol tendida en el suelo pero...
- ¡Carol!
Alicia se vuelve rápidamente y se queda paralizada.
- Ca...¡Carol!
Se acerca rápidamente a ella.
- ¡¡Carol!!, ¿estás bien? Creí que habías muerto...
- Y... Yo... Alicia... Gracias por... Sacarme de aquí...
- ¿Q...Qué? Carol, ¡¡carol!!
- Alicia... Ha perdido mucha sangre...
Alicia apoya su cabeza contra el pecho ensangrentado de Carol.
- Ca... Carol yo... Lo siento.
- N...
- ¿Carol?¡¿Carol?!
Ha muerto.
Cojo a Alicia de la muñeca y la llevo lejos de Carol... Ella llora desconsoladamente.
Estamos hambrientos y nos fallan las fuerzas, necesitamos comer como sea y acaba de morir Carol... Creo que la pesadilla no ha hecho más que empezar.

domingo, 6 de julio de 2008

14 La despedida.

¿Qué? ¡Es Carol!
- ¡Ya vamos!
Marco y yo corremos hacia el lugar del que procede la voz de Carol. Llegamos a un cuarto oscuro al fondo del pasillo.
- ¿Carol?
- Venid...
- ¿Qu...Qué pasa?
- Mirad, es una puerta pequeña, aquí, en la esquina.
- Anda, mira Marco, acércate, es verdad... Parece... Un conducto de la ropa sucia.
- Si, es posible que el hombre que me apuntó con la pistola esté por aquí.
- Si... Es posible... Vamos.
Marco hace una señal con la mano para que le sigamos y se mete por el conducto.
Está muy oscuro, no se ve el final.
Al fin salimos. Una habitación como todas las que hemos visto el tiempo que llevamos en el edificio; suelo de gravilla, paredes grises...
Salimos de la habitación y llegamos a otro pasillo, más puertas, escaleras... Es exactamente igual a lo que hay al otro lado del conducto.
- Dios... Que rallada de sitio, coño.
- Pues si...
Avanzamos de habitación en habitación, abriendo las puertas con mucho cuidado utilizando el truco de Marco. Las trampas ya no nos sorprenden, es todo igual.
- Este sitio me aburre...
- Si y a mi... Lo raro es que no hay puertas abiertas... Parece que el viejo no ha pasado por aquí...
- Cierto... ¿Bajamos a otro piso?
- Está bien...
Vamos recorriendo todos los pisos pero todas las puertas están cerradas, no hay ni rastro del viejo...
- Tal vez haya cerrado las puertas según entra...
- Sí, es posible...
- Vamos, no podemos perder más tiempo.
Vamos buscando por el edificio. Carol va agarrada de mi mano. Sea como sea tengo que ayudarla... La sacaré de aquí y la daré la vida que se merece.
¿Qué? ¿Qué pasa? La pantalla de este estúpido cacharro está negra, ¿se ha estropeado?
- ¿Marco? ¿Carol?
Ya no noto como Carol me agarra pero aún puedo oírla.
- ¿Alicia? Alicia, ¿estás bien? ¿Qué te pasa?
Ahh, joder, ahora suena un pitido agudo y molesto, está muy alto, no puedo soportarlo. Esta cosa se ha debido estropear, dios... Es horrible.
Ya puedo ver, aunque el pitido no cesa...
Estoy donde antes pero... Marco y Carol ya no están y no puedo oír nada por el maldito pitido.
- ¡¡Marco, Carol!!
¿Qué? A mi lado... Es... Aquel viejo al que buscábamos, me apunta con su arma. Su sonrisa y su mirada me aplastan y me hacen diminuta, se dispone a apretar el gatillo... No... No puedo morir ahora. Saco mi arma rápidamente y le disparo, no una, sino tres veces y seguido me tiro al suelo a llorar... Acabo de... Acabo de matar a una persona.
La pantalla de nuevo se vuelve negra...
"Has caído en mi trampa... idiota."
¿Cómo? ¿Qué pasa? La maldita voz... ¿Qué trampa? Vuelvo a estar con Marcos y... Dios mío... Ella... Carol... Está muerta. Marco me mira imbadido por el pánico.
- Qu...¿¡Qué has hecho!? ¡¡Estas loca!! ¿Qué coño te pasa? ¡¡Que es una niña, joder!!
- Y... Yo no...
Me duele la garganta, se me oprime y se me cierra impidiéndome hablar. Mi cara se empapa de lágrimas por completo.
- Yo... ¡¡Yo no..!!
Me acerco lentamente a Marco a pasos temblorosos. Él saca la pistola y me apunta.
- N... No Alicia, no te acerques más.

sábado, 5 de julio de 2008

13 La búsqueda.

- Alicia... Tengo miedo.
Alicia se vuelve hacia mí con cara de preocupación.
- ¿Cómo dices, cielo?
- Ese hombre al que buscamos... Está tarado. Tengo miedo de que nos haga algo malo.
- No te preocupes, Marco y yo te protegeremos.
Sus palabras me dibujan una sonrisa. Agarro a Alicia de la mano.
- Y cuando salgamos de aquí... ¿Qué vas a hacer? ¿Volverás a casa?
- Tal vez... Mi padre es gilipollas pero he comprendido que mi vida es bastante aceptable al lado de la de otra gente como tú, Marco o Ayumi.
- Yo... Yo no quiero volver, por favor, no me hagáis volver.
El tono de mi voz vuelve a flaquear y Alicia frunce el ceño.
- Eso ni pensarlo.
Sonríe. La abrazo.
- Alicia, Carol.
- ¿Hum?
- A ver... El tipo este ha de estar en alguno de estos pisos, ¿no? Será más fácil si nos separamos...
- No, es una locura, esto está lleno de trampas y mierdas, además, ese tío está loco.
- Ya, comprendo, pero...
- Están todas las puertas abiertas, será fácil encontrarle.
- Está bien.
Yo, sin decir una palabra, permanezco agarrada de la mano de Alicia siguiendo a Marco.
Vamos de habitación en habitación, todas están vacías. Aún no hemos perdido la esperanza...
- Marco... ¿Y si ha conseguido salir?
- N... No digas eso, imposible.
- Pe...Pero...
Alicia se muerde los labios y permanece callada.
- Alicia... Tengo sueño...
- Euh... Marco... ¿Podríamos parar un rato? Hace días que no comemos y además tenemos sueño.
- Cierto, paremos, además tenemos que encontrar comida como sea...
- Pero... Alicia, ¿la carne que me disteis de dónde la sacasteis?
- Euh... No importa, ahora durmamos un rato.
Marco se echa el primero en una esquina a descansar, Alicia y yo nos sentamos a su lado.
Estoy muy cansada y hambrienta, pero no consigo conciliar el sueño, parece que a Marco y a Alicia les pasa igual.
Permanezco sentada junto a Alicia pensando en lo que nos deparará el futuro, en si cuando salgamos de aquí permaneceremos juntos... Entonces una lágrima cae sobre el pantalón de Alicia, la miro y la veo con la cara empapada mirando al frente. La abrazo más fuerte que nunca para que no esté triste.
- Alicia... Vamos a salir de aquí y las cosas serán mucho mejores que en toda nuestra vida...
Alicia se seca las lágrimas y me mira sonriente. Creo que ha funcionado.
- Gracias cielo...
Unas horas más tarde abro los ojos y veo a Alicia a un par de metros de mí hablando con Marco. Marco parece muy triste, creo que es la primera vez que le veo así. Alicia le abraza.
Marco nota que me he despertado y suelta rápidamente a Alicia agachando la mirada mientras retrocede.
- Ha... Ya te has despertado... ¿Qué tal?
- Euh...
La verdad, no sé que responder... Alicia me mira sonriente.
- Hola cariño.
- Hola a los dos.
Alicia se acerca y me extiende su mano, la agarro y me levanto. Continuamos con nuestra búsqueda.
- Marco... Nos vamos a morir de hambre.
- Cállate, encontraremos el modo de sobrevivir.
Hablan en susurros intentando que no les oiga, pero yo me percato de la conversación. Alicia me mira con ojos compasivos y yo hago que no me he enterado de nada mirando hacia otro lugar.
- Está bien, esta es la última habitación, no hay nada...
Alicia suspira decepcionada y Marco se muerde los labios en ademán de preocupación.
Entro en la habitación y la observo atentamente. No puede ser, si ese hombre nos hubiera visto nos habría intentado matar, no se escondería de nosotros, tiene que haber más habitaciones...
En esta habitación no hay nada. Alicia y Marco permanecen en la puerta hablando y yo salgo al pasillo.
- ¿Carol? ¿A dónde vas?
- Esperadme aquí, por favor.
- Carol...
- Esperad.
Me paseo por el piso de habitación en habitación en busca de alguna puerta o trampilla oculta.
En la cuarta habitación por la que paso estoy palpando la pared cuando algo me llama la atención.
- ¡¡Alicia!! ¡¡Marco!!

viernes, 4 de julio de 2008

12 Ova: La huída de Ayumi


Este sitio es horrible... Necesito escapar, no he hecho nada para merecer estar aquí.
Mañana Enrique volverá y me dejará embarazada por 5ª vez... Y si al menos pudiera ver a mis niños, si pudiera estar con ellos... A saber que barbaridades les harán.
Me dijeron que en España encontraría un buen trabajo y una buena vida, me dijeron que podría olvidar lo que le pasó a mi familia en Japón... Si ellos siguiesen vivos... Desde aquel accidente no he vuelto a ser la misma, pero, todo esto, este lugar, esta gente... Es demasiado.
A saber cuantos años llevo aquí, a saber qué será del mundo exterior... Ya no recuerdo cómo son las cosas fuera de este lugar... Tengo que escapar.
Me despierta el ruido de la puerta metálica cerrándose, Enrique entra en la habitación. Estaba soñando con un lugar lejos de aquí, soñaba con la libertad... Ojalá me durmiera y soñara eternamente.
- Ya estoy aquí, Ayumi... ¿Me echaste de menos?
Me limito a mirarle por el rabillo del ojo.
- Es igual, comenzemos, hoy me he despertado con más ganas que nunca...
Una vez más, como cada día, me encadena y me oprime. Se baja los pantalones y se acerca a mi con sonrisa de satisfacción. Esta vez no opongo resistencia.
- P... Por favor, no sigas...
- Vamos Ayumi, sabes que te gusta... Lo sabes de sobra, ¿verdad que si?
- Qué más quisieras, asqueroso.
Enrique frunce el ceño y levanta la mano abierta dispuesto a pegarme.
- Maldita zorra, cállate.
- Adelante... Por favor, hazlo, mátame.
Enrique baja la mano y con cara de desprecio empieza su labor.
Yo permanezco en silencio unos segundos y empiezo a gemir sin más.
- ¿Cómo? ¿Qué coño haces, guarra?
- Creo que... Me tengo que acostumbrar a esto, creo que me lo voy a tomar como un favor.
- Buena chica, no eres la única que hace esto, te saldrá mejor.
Joder... No puedo creer que de veras haya mujeres así...
- Mhhh... En... Enrique....
Me acerco a sus labios y le beso, entonces separamos nuestras cabezas, nos miramos y le golpeo con la cabeza dejándole inconsciente.
Cuando mi padre me enseñaba a dar duro me parecía que no era nada propio de una mujer... Creo que es una estupidez que pensase así.
Me muevo y me retuerzo intentando liberarme de las cadenas cuando veo por la ventanilla a otro empleado asomarse sobresaltado, coge las llaves dispuesto a abrir. Justo a tiempo, he conseguido liberarme, pero sigo con esta maldita camisa de fuerza...
Corro hacia el empleado y le asesto un golpe en la barriga apartándole de mi camino. Corro como nunca antes he corrido y me escondo en la primera habitación que veo.
Dios mío... Es el laboratorio... Está lleno de bebés, una gran parte muertos. Hay dos puertas, entro en una de ellas y veo un niño, de aproximadamente 4 años, atado a una silla, con algunos tubos para alimentarle y algunos cables... Frente a él hay un televisor que muestra una grabación de una tortura a una mujer...
El niño al verme produce ruidos extraños.
- ¿..Hola? ¿Cómo te llamas?
No contesta, parece que no sabe hablar, sospecho que lleva aquí toda su vida... No puedo sacarle de aquí pues llevo la camisa de fuerza... Si pudiera hacer algo... Esto es inhumano.
Salgo de aquel cuarto negro y me meto en la puerta de al lado, es un almacén. Al fin veo entre algunos trastos una máquina para cortar no quiero saber qué. Me acerco y me rompo la camisa de fuerza liberándome y, por supuesto, dejando mi cuerpo totalmente al desnudo.
Me aproximo rápidamente hacia un armario que hay y me pongo un traje y una máscara de laboratorio.
Salgo de la habitación y vuelvo con el niño. Me acerco a él y hace aspavientos violentos mirándome con cara de agresividad. Me quedo pensativa mirándole y miro al televisor. Si se ha criando viendo como torturan mujeres... No creo que pueda acercarme a él, pero sin embargo...
De repente los cables que tiene consigo el niño le proporcionan una descarga eléctrica. El niño sigue haciendo aspavientos, intentando liberarse de la silla para ir a por mi, parece que la descarga no le hubiera afectado, más sus ojos empiezan a derramar lágrimas de socorro.
Necesita ayuda, pero si le suelto, aparte de que me puede matar, si no lo hace, me descubrirán.
- Yo... Lo siento mucho, nunca me lo perdonaré... Adiós.
Me apresuro a salir del cuarto con lágrimas en mis ojos. Salgo del laboratorio y busco una salida.
Se aproxima a mí un empleado. Mierda... Me han pillado. El empleado me mira y me saluda con la mano. Bien, no me reconocen con el traje.
Sigo a paso ligero sin mirar hacia atrás, entonces oigo un grito de alarma.
- ¡¡Una paciente se ha escapado!!
Se me para el corazón, pero me lo pienso dos veces antes de echarme a correr, pues me delataría irremediablemente.
Todos me buscan, el psiquiátrico entero está alborotado.
Voy pasando por delante de las puertas y veo a las mujeres sumidas en la desesperación, llorando en sus celdas. Meto la mano en un bolsillo y encuentro unas llaves, y mi moral puede a mi instinto de supervivencia obligándome a abrir las puertas de las celdas. Se asoma por el pasillo una mujer, es la que me da de comer cada día, se queda en el sitio observándome y ve cómo he liberado a otras tres mujeres. Pone su mano cerrada sobre su pecho en ademán de esperanza y no me dice nada. Entonces voy a liberar a las seis mujeres que quedan, pero cuando me quedaba una me sorprende un empleado con las manos en la masa y dos mujeres le embisten para que yo pueda liberar a la que queda. La libero y me voy corriendo hacia la salida.
Libertad, luz del sol, mi casa. Todo ha terminado, más el recuerdo de aquél lugar me atizan y me lastiman el corazón, impidiéndome volver a vivir una vida normal... No puedo vivir pensando en que ese maldito manicomnio sigue haciendo experimentos, podría denunciar pero... No sería raro que me tomasen por loca y no quiero volver allí.