miércoles, 27 de agosto de 2008

2. Rine.

Abrí los ojos lentamente y al ver el entorno que me rodeaba me incorpore rápidamente. Miré a mí alrededor y pude ver a una chica más o menos de mi edad; tenía el pelo largo y rubio, con los ojos verdes y, a decir verdad, la maldita estaba muy bien dotada… Estábamos en una habitación, yo estaba en una cama y ella permanecía sentada en una silla leyendo. De repente levantó la mirada del libro.
- ¿Euh? ¡¡Ha despertado!!
Yo permanecí en el sitio sin saber que decir.
Apareció por la puerta una enfermera no muy mayor, era la tipa más rara que nunca había visto; tenía el pelo de color rosa claro y los ojos morados y lo más extraño… Tenía dos alas como las de un angel.
- Q-Qu-Que…¡¡Uaah!!
- Tranquilízate…
La chica del pelo rubio se acercó a mí y me hizo un gesto para intentar calmarme.
- T-T-Tiiiene alas…
La enfermera me miró y empezó a reir.
- ¿¡De qué te ríes!? ¿Qué está pasando, estoy muerta?
La otra chica se unió a ella y las dos me miraron dejando escapar sonoras carcajadas.
- Veamos… No sé por donde empezar… Tenemos que explicarte muchas cosas.
- ¿Cómo?
- Tranquilízate y escúchame, por favor.
La enfermera se me acercó y se sentó en la cama.
- Haber…Verás, este mundo en el que estamos no es el tuyo, donde has vivido siempre, ahora mismo estas en un centro de acogida donde hay mas seres humanos como tu, pero en este mundo hay muchas mas criaturas que irás conociendo. En tu mundo, cuando vives una experiencia cercana a la muerte, se te abre una puerta; si entras en ella apareces aquí, sino tal vez vivas o tal vez no, pero seguirías en tu mundo. Bueno, ciertamente, esto solo le pasa a un reducido grupo de personas… Y tu estas en ese grupo.
- Entonces… ¿He desaparecido de mi mundo?
- Si.
- ¿Y como puedo volver?
La enfermera tomó aire, se humedeció los labios con la lengua y me miró.
- Ehm… No puedes.
- ¿Qué? ¿Cómo que no? Si entré podré salir…
- No, has tomado una decisión. Nadie ha podido volver jamás.
Pensé "Eso quiere decir... que me quedaré aquí para siempre… ¡Mierda! ¿Por qué cruzaría la puerta?" Y entonces me acordé.
- Ah, una cosa, ¿conocéis a Tari?
- ¿Delia?
- Mmmh… Sí, es mi madre… La vi al otro lado de la puerta; por eso entré.
- ¿Tu madre?
- Si… En realidad ella debería estar muerta…
- No, por Tari no me suena… ¿Tienes alguna foto?
- No, lo siento.
La enfermera se acercó y me cogió de la mano sonriente.
- Yo ya me voy, Rine te explicara lo que quieras saber.
- ¿Rine?
- ¡Ah! Lo siento, con todo el lío ni me he presentado, me llamo Rine.
- Y yo soy Lorine, la enfermera del centro de acogida.
- Ah... Encantada... Yo me llamo Helena.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Valla, hace tiempo que no te veo xP. me alegra que estes bien. sin nada mas que decir, este se despide

D: