sábado, 12 de julio de 2008

19 Distancias cortas.


- Ya has despertado...
- ¿Alicia? ¿Qué hora es?
- Las 10 de la tarde.
- Puff... He dormido 8 horas.
- Necesitabas dormir desde hace muchos días.
- Ya, bueno... Sigamos.
- ¿Seguro que te encuentras en condiciones..?
- Sí, vamos.
Alicia me ayuda a levantarme y seguimos con nuestra búsqueda.
- No sé a dónde habrá ido el viejo, pero tenemos que andar con cuidado.
Alicia mira de reojo mis heridas y suspira.
- Sí, ya lo veo.
Seguimos caminando y buscando en silencio, me da la sensación de que llevamos haciendo lo mismo años, es todo igual, todo aburrido.
- ¡Auch!
- Ay, lo siento, yo solo...
Alicia se pone a mi izquierda y me coge la otra mano, luego me sonríe.
- Tenemos que encontrar a ese viejo... Sin su papel...
- Le encontraremos.
- Va a pagar por lo que te ha hecho...
- Alicia...
No sabía que le importase tanto...
- Estoy cansada de este sitio...
- Y yo, no sé dónde más buscar.
- Oye, Marco... Podríamos ir a ver si se ha abierto alguna puerta...
- No lo creo, pero de todos modos no perdemos nada.
- Sí, la verdad, es un poco estúpido, hehe...
- Ven vamos.
Con una sonrisa en la boca llevo a Alicia hacia las seis puertas.
- Ya estamos, veamos... No, no están abiertas.
- Ya veo... Valla... Oye, Marco... Tal vez, podríamos...
Alicia mira con desconsuelo hacia la puerta de Carol.
- Alicia, ¿estás segura de lo que dices?
- Yo... Sí... Bueno, no, pero...
Vuelve su gris mirada hacia mí y puedo ver todos sus sentimientos, como si me abriera una ventana a través de sus ojos.
- Como quieras.
Una vez más estamos en casa de Carol, Alicia intenta no mirar las escenas sangrientas y dolorosas, finalmente subimos a su cuarto y allí está ella con el portátil. Alicia se acerca a ella y se arrodilla para estar a su altura. Inevitablemente deja rodar una lágrima por su rostro que toca su fin en su barbilla, luego cae al vacío y se estampa contra el suelo quedándose en nada, rompiéndose en mis gotitas.
- Carol... Lo siento...
- Alicia... Gracias... Me has sacado de este infierno... Te estoy eternamente agradecida... Gracias por cumplir con tu promesa.
Alicia y yo nos volvemos rápidamente y la vemos de pie en la puerta. Alicia corre hacia ella e intenta apoyar las manos en sus hombros, pero cae al suelo traspasándola.
- Un... ¿Un fantasma..?
- No, realidad virtual.
Todo se vuelve negro y regresamos a la habitación de las seis puertas.
Me acerco a Alicia y la abrazo una vez más.
- Por favor... No estés triste...
Ella me mira melancólicamente y yo la seco la cara con mi camiseta. Ella sonríe.
- Eso era lo que quería ver.
Yo también sonríe. La habitación se sume en el silencio y nosotros volvemos a envolvernos con las miradas.
Ella se acerca y me besa en la mejilla y algo nos impide separarnos, algo nos impulsa a seguir, algo nos pide más... Desliza sus labios suavemente por mi mejilla hasta llegar a mi boca.

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