martes, 1 de julio de 2008

9 El wisky, el despacho, la sangre.

- ¿Carol?
- Euh... ¿La 4ª?
- Vamos.
Abrimos la puerta. Parece una despensa... Pero esto ya no es mi casa. Miro a Marco y Carol. Están bastante confusos, ¿vivirá alguno aquí?
- Entremos.
Abrimos la puerta de la despensa y entramos en la cocina.
- N...No...¡¡NO!! ¡Sacadme de aquí! ¡No, por favor!
Alicia corre hacia la puerta por la que entramos y la golpea intentando abrirla sin éxito alguno. Se tira al suelo y empieza a llorar desconsoladamente.
- Alicia... No quiero estar aquí, no quiero volver.
- ¿Esta es tu casa?
- No te preocupes no es real, volveremos a donde antes en cuestión de minutos.
- Alicia, Carol, vamos.
En el salón está puesto el telediario y hay una mujer en el sillón y Carol enfrente suya.
- ¿Tu madre..?
- S...Si.
Carol me agarra de la camiseta con fuerza y agacha la mirada. Nosotros observamos la escena.
Carol lleva sólo unas bragas manchadas de sangre. Su madre sostiene una botella de wisky y mira el telediario.
- Mama... No quiero estar con Casiano, el no es mi padre, no quiero... ¡Mamá!
Casiano se asoma tras la puerta, lleva una camiseta sin mangas y unos calzoncillos. Tiene una tripa notable y apenas un par de pelos en la cabeza. En la mano derecha sostiene una cámara de vídeo.
- Carol... No hemos acabado aún, ¿qué quieres de tu madre? ¡No la dejas vivir, estúpida! ¿Ves como está? Es tu culpa...
- Y...Yo... ¡¡Mamá!!
Carol se tira al suelo y se tapa el rostro con las manos.
Casiano se acerca con paso firme y agarra a carol de la muñeca.
- ¡Vamos, coño!
Carol se levanta y va tras el con la cara empapada y la mirada gris. El salón se queda de nuevo untado por el sonido del telediario y el olor a wisky barato.
Miro a Carol y la abrazo. Está temblando.
Marco tiene la mano derecha ocultando sus ojos, se muerde los labios.
- Po... Por favor... Vámonos.
- Carol, tenemos que ver algo más. Solo es un momento, ya nos vamos, ¿vale?
- Vale pero... No bajéis al despacho, por favor.
- Claro que no, cariño.
Exactamente como en mi casa, día 10, esta vez a las 16: 00.
- Aún quedan 5 minutos... Aún estoy en el despacho.
Esperamos los 5 minutos. Mientras observo a la madre de Carol. Tiene el pelo teñido de rubio, pero la raíz negra le abarca ya unos 10cm. Sus ojos azules tienen la mirada perdida por alguna esquina de la habitación. Bebe de su botella regularmente, casi inconscientemente. Tiene un moratón en su cara arrugada y comida por el tiempo.
De repente podemos oír un un grito que se acompaña de gemidos y llantos, que se oye doloroso por toda la casa. La madre de Carol derrama una lágrima y cierra los ojos.
Carol está llorando desconsoladamente, se tapa los oídos con las manos. Está sentada en el suelo mirándose los pies.
Ya son las 16:04. Carol sube del despacho. Ahora también lleva una camiseta que le queda grande y parece un vestido.
La seguimos hasta su habitación. Saca un portátil de un cajón y busca algo en la web.
- Es el foro... ¿Qué pasa con ese foro, quién lo ha creado? ¿Es el que nos ha metido aquí?
- Nose... Vámonos, Carol, guíanos hacia la salida.
Corremos hacia la salida pero entonces Carol frena en seco. Se pega a la pared con cara de terror.
- ¿Carol?
- Ca...Casiano... Él me está mirando fijamente.
- Eso es imposible, vámos, corre.
Casiano frunce el ceño y se acerca hacia Carol.
- ¡Vamos, Carol!
Carol traga saliba y sale corriendo hacia la salida, va a agarrar el pomo de la puerta y...
Todo negro otra vez.
Ya estamos donde antes. Es imposible.
- ¡¡JODER!! ¡Me cago en la ostia!
- Tranquilízate, Marco.
Carol permaneze en el suelo llorando.
- Carol yo... Lo siento...
- No es tu culpa.
- No dejaré que vuelvas ahí, no obstante, tenemos que salir de aquí.
- S...Si.
- Carol, Alicia... ¿Creéis que en alguna de estas puestas estará mi casa?
- Seguramente.
- Quiero verla...
- ¿Enserio?
- Si...
- Probemos, entonces.
- Siguiente puerta, ¿Carol?
Carol permanece en el suelo con las manos en la cabeza.
- Decidiré yo, Alicia.
- Como quieras.
- La 5ª.
- Probemos pues.
Nos acercamos a la 5ª puerta.
- Dejadme abrir, por favor.
¿Por qué está Marco tan ansioso por ver su hogar? ¿Lo echa de menos?
La puerta está cerrada.
- ¡¡MIERDA!!
- ¡Tranquilo, Marco!
- Lo... Lo siento...
- Probaremos con otra, ¿vale?
- Vamos.

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