martes, 24 de junio de 2008

4 Ayumi. El suicidio

¿A quién tengo entre mis brazos? ¡Se mueve! Una vez más, el miedo me paraliza y me ahoga impidiendome gritar. Las manos de el cuerpo, prácticamente inerte, me agarran con fuerza llegando ha hacerme daño, clavandome las uñas. Entonces, de repente, las frías manos que me aferraban temblorosas me sueltan.
Luz. Por fin luz.
- Marco... En la mochila... Lintern..
Alicia dejo escapar un grito segando el silencio.
En el suelo permanece inmóvil el cuerpo de una chica, la que me había agarrado hace un momento. Parece muerta, pero eso es imposible, hace unos instantes...
La luz de la linterna se pasea por la habitación mostrandonos la horrible escena. Una pistola, un cadáver y sangre, mucha sangre. Huellas de las manos que se han arrastrado por el suelo, que se han apoyado en las paredes, todo lo sucedido es claramente visible a través de las manchas que ha dejado la muchacha... También nuestra ropa esta manchada.
- Que... Que coño...
- Marco, ¿qué está pasando?
- Espera, creo que poco después de despertar oí un disparo, tal vez fuese esto lo que oí... ¿Se habrá suicidado? ¿Pero por qué seguía viva hace un momento?
- Tal vez no se trate de un suicidio, tal vez la hayan disparado...
- Lo dudo, si yo me encontrase aquí solo y perdido y diese con alguien no le mataría, lo has podido comprobar, pero eso es algo que ninguna persona consciente haría.
- Tal vez intentó suicidarse disparándose, se fue a dar en el pecho y, bien porque era tontita, bien porque no estaba segura de lo que hacía, no se dio en ningún órgano vital y se ha ido desangrando hasta ahora.
- Si, es lo mas probable... ¿Llevará identificación?
Alicia rebusca en los bolsillos de la ropa del cadáver.
- Ayumi Motoko. Del 78, es decir, 30 años.
- Pues era jovencita la chiquilla, de mi edad.
- Bueno... Lo mejor será que sigamos.
Alicia da media vuelta y se dirige hacia la puerta, voy a seguirla cuando veo algo al fondo de la habitación. Una trampilla en el techo.
- ¡Alicia, mira! Tal vez sea una salida...
- ¿Qué? ¿Así de fácil? No lo creo... Subamos.
Como era de esperar no es ninguna salida, da a otra habitación con una sola puerta, usamos el método que he ideado y la abrimos; otra habitación con una puerta. Abrimos la siguiente puerta y da a otra habitación con otra puerta.
- Marco... Llevamos aquí 3 horas y media abriendo puertas sucesivamente.
- Si... Creo que estamos pasando algo por alto, ¿cuántas puertas hay?
- ¿Y si volvemos hacia atrás? Al menos estamos seguros de que hacia atrás hay algo mas que habitaciones con puertas.
- Pero, ¿y si la salida esta por aquí?
- Tengo una idea, yo iré hacia adelante y tu hacia atrás y si encuentro la salida iré a búscate.
- No... Podríamos perdernos.
- Mira, en las mochilas hay "walkie-talkies".
- Pero Alicia... Joder... Esta bien, pero si no llegas a ninguna parte retrocede, ¿vale?
Antes de separarnos nos miramos durante unos instantes y yo, inevitablemente me acerco y la abrazo mientras susurro a su oído.
- Mucha suerte, Alicia, tarde o temprano, volveremos a vernos.
Alicia mantiene la mirada fija en un punto imaginario sin decir una sola palabra. Se sonroja.
- Adiós, Marco... Ten cuidado, por favor.
- Hasta pronto.
Abrí a puerta de la que veníamos para volver atrás y miré un segundo más a Alicia que permanecía quieta en medio de la habitación. Entré y cerré la puerta a mi paso.
Tal vez esto no sea buena idea. Vuelvo a abrir la puerta para ver a Alicia, no estoy seguro de lo que hacemos. Alicia ya no está, se ha ido.

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